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Poly Ugarte, una vencedora que le apuesta al servicio

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Dentro de la sede de su Fundación Poly Ugarte, la asambleísta comparte sus vivencias para Salud & Bienestar.

La vida de Blanca Rosana Ugarte Muñoz –política, abogada, empresaria y activista social- ha estado marcada por cambios y retos. A sus cinco años de edad dejó su natal Machala, provincia de El Oro, para radicarse en Guayaquil, ciudad que la acobijó y le permitió convertirse en el año 1994 en concejala, saltando así a la palestra pública, bajo el auspicio del Partido Social Cristiano (PSC). En 1998, Poly Ugarte –su nombre de pila-  llegó al Congreso Nacional tras ser electa como diputada; al terminar su periodo en 2002, decidió alejarse de la política para dedicarse exclusivamente a la actividad empresarial. Sin embargo, sus planes dieron un giro inesperado cuando fue diagnosticada con cáncer de mama en 2006.

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“Yo pensé que nadie se acordaba de mí, pero recibí la visita de 400 mujeres pobres de mi ciudad de Guayaquil: mis comadres. Algunas me preguntaban por qué me habían cortado un seno, qué es eso de cáncer de mama… y yo no sabía qué contestar”, confiesa Ugarte, de 59 años.

 

Para fortuna de esta abogada -graduada en la Universidad Católica Santiago de Guayaquil en 1984- el cáncer fue detectada a tiempo. Se realizó una mastectomía –operación quirúrgica para extirpar el seno en donde se encuentra el tumor- y viajó a Italia por cinco meses para realizarse un tratamiento adecuado. Al regresar a Ecuador, la hoy asambleísta optó por indagar en las estadísticas de Solca y descubrió que “el 80% de las mujeres que ingresaban lo hacían con metástasis y el 70% moría en sus casas por falta de recursos”.

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Aquella premisa la motivó a crear conciencia en la población ecuatoriana para la prevención del cáncer de seno, el cual “ya se había convertido en la principal causa de muerte en las mujeres”. En primera instancia, Ugarte no estuvo convencida de realizar una fundación porque no contaba con suficientes recursos; además, por sus labores empresariales, no disponía de suficiente tiempo para dedicarse completamente al proyecto.  Por ello, optó por recurrir a una campaña publicitaria en los medios de comunicación. 

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“Un día, sentada en casa, se me ocurrió hacer un spot de televisión (…) pedí el apoyo de chicas guapas de la pantalla, las que estaban más de moda en esa época. Esa campaña se llamó “Pon tu mano en tu corazón y tócate”. Fue un boom, estuve tres meses en tres canales de televisión; la gente comenzó a hacer conciencia”, relata Poly, quien el 8 de marzo de 2007 inauguró en la ciudadela Garzota 2, norte de Guayaquil, el primer centro de atención de su fundación homónima, convirtiéndose así en una pionera en la lucha contra esta enfermedad catastrófica, lo cual le mereció el reconocimiento de la revista Hogar como Mujer del Año 2007.

Para ese año aún existían estereotipos con respecto al cáncer de mama. “Había mucha vergüenza, lo que estaba de moda era ponerse los senos, no que se lo quiten”. Aunque recibían pacientes en su fundación, Poly presintió que no iban a llegar a suficientes mujeres, por lo cual decidió recorrer las calles del país con eventos masivos.

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“Eso fue lo bueno de la fundación, que no nos quedamos sentadas en una oficina con aire acondicionado, salimos a la calle en busca de mujeres que necesitan nuestra ayuda y que desconocían que con prevención podrían salvar sus vidas. Una terapia cuesta mínimo $10 mil, una prevención sólo $30”, recalca la legisladora, quien lamenta que las personas vayan al doctor únicamente cuando se está enfermo. “Somos curativos, no preventivos. Si no cambiamos no habrá un Estado ni recursos en la salud que alcance para poder atender a todas las personas”.

 

Al preguntarle sobre si la pérdida de su seno derecho causó que se sienta menos femenina, la activista aclara: “Toda mujer se va a sentir mal cuando se vea el espejo y, en vez de un seno, se vea un hueco; sientes que has perdido el órgano más importante para una madre. Es lamentable cuando sus cónyuges las abandonan porque pierden su feminidad. Por eso, es necesario que se haga la reconstrucción mamaria para que te vuelvas a sentir completa”.

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Blanca, quien compagina su nombre con el color de su piel, contrajo matrimonio a sus 19 años y procreó a sus dos hijos: Víctor y Estéfano Ferreti Ugarte, de 37 y 31años respectivamente. Ahora es abuela de siete “maravillosos” nietos, de los cuales prefiere no dar mayores detalles; prefiere no exponer su vida privada debido a que continúa inmersa en la política, área en la cual no imaginó involucrarse.

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“Nunca quise ser concejala” destaca Poly, quien explica que su candidatura se dio debido a que la legislación de entonces obligaba a los partidos a incluir a una mujer en sus listas, pese a que el exalcalde de Guayaquil, León Febres-Cordero no compartía aquello.

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“León no quería una mujer porque, como había discusiones con el PRE, podían faltarle el respeto; sin embargo, me llamaron y propusieron mi nombre en una lista de veinte mujeres. Les dije que yo estaba bien coordinando obras municipales en el centro. Me dijeron que, como era la número 20, no me iban a elegir. Decidí aceptar y a la semana me eligieron” confiesa mientras no duda en reír.

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Ugarte terminó siendo la única mujer entre 15 concejales. De su participación como edil, destaca que formó parte del Concejo Cantonal que aprobó la construcción del Malecón 2000 y embelleció a Guayaquil, en una transformación que inició con Febres-Cordero y se asentó en la posterior administración de Jaime Nebot, con quien fue compañera de bancada en el Congreso Nacional de 1998.

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Luego de desempeñar cargos políticos por casi una década, esta machaleña optó por abandonar la política y reanudar su faceta como empresaria, que ya había ejercido antes. “Llega un momento en el que el ambiente de la política no era lo que esperabas (…) pasábamos encerrados y te despegas para lo que realmente fuiste: servir”, lamenta la presidenta de Fundación Poly Ugarte.

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En el año 2016, regresó a la palestra política siendo candidata a asambleísta por el distrito 2 del Guayas para las elecciones generales del 19 de febrero de 2017, en las que captó 161.114 votos, logrando ocupar un escaño en la Asamblea Nacional. Aunque fue patrocinada por la alianza PSC – Movimiento Madera de Guerrero, el 24 de agosto de 2018 Ugarte decidió separarse del socialcristianismo por estar “inconforme con las decisiones que ha tomado el partido”.

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Desde la Comisión de la Salud, ahora como legisladora independiente, lidera una lucha para mejorar la administración en los hospitales públicos y el tiempo de entrega de los recursos y medicamentos a los pacientes, defendiendo principalmente los derechos de las personas con enfermedades catastróficas. Aquello se ha plasmado en las propuestas que ha realizado para reformar el Código Orgánico de la Salud. (Ver reportaje: https://bit.ly/2NLUleQ)

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A tan solo un año de cumplir seis décadas de vida, Poly Ugarte se ha convertido en un rostro femenino referente en Ecuador. Asegura sentirse satisfecha por haber cumplido las metas que se trazó desde joven e incursionar en ámbitos que le permiten ayudar a los más necesitados. “La mayor recompensa que puedo tener en mi vida es recibir las bendiciones de miles de mujeres cuando me abrazan, el haberme entregado a una causa tan importante, haber podido ayudar a tantas personas a salvar sus vidas; eso me llena como ser humano” culmina.

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